Cinco días increíbles, tres amigas, una azotea y muchas calles donde perderse. El tren retrasó la hora de llegada, en vez de llegar a la merienda, llegaron a la cena. En vez de aguantar hasta las 6 de la mañana, aguantamos hasta las 2. Y si, el primer día fue corto, cansancio y quedaban pocas ganas de fiesta. Amaneció para comer y los demás días fueron de locos. Perdernos por calles estrechas, tomar el sol en la azotea y acabar en la feria con recogidas a las 7 de la mañana. Buscamos a wally y a los 101 dálmatas, nos reímos, bebimos, hicimos amigos porreros, ingenieros y casi nos vamos de after. Aunque mi after fue de química. Golosinas, sunny, pañuelos.. Cena tiradas en una sabana vieja, mirando las estrellas, escuchando pereza, con una cámara en la mano. Feria hoy, y también mañana, y porqué no al otro también. De guiris por la ciudad y de turistas en un autobús. Acabando el día en chanclas y corriendo detrás de las palomas en un parque a las 6 de la mañana.
Y esto es un resumen de menos de la mitad de estos cinco días. Ver caras conocidas después de un mes, y terminar en una despedida a las 10 de la mañana en el tren.
Necesitamos un poco de sur, para perder el norte.
El año que viene repetimos :) (L)